sábado, 10 de marzo de 2012

Ramón Solís


En 1958, el Instituto de Estudios Políticos publicó El Cádiz de las Cortes. La vida en la ciudad en los años 1810 a 1813, un trabajo que había servido a Ramón Solís Llorente para alcanzar el Grado de Doctor en Ciencias Políti­cas y Económicas. El libro, que obtuvo el premio Fastenrath de la Real Academia en 1960, gozó desde la primera edición de reconocimiento científico y aceptación de la crítica y los lectores, que explica que haya tenido reediciones en 1969, 1978, 1987 y 2000, por Alianza Editorial, Plaza&Janés y Sílex Ediciones, las dos últimas.
            El Cádiz de las Cor­tes fue un hito historiográfico a nivel nacional, en una etapa en la que, salvo los trabajos de Vicens-Vives y pocos más, los historiadores españoles se deba­tían aún entre el historicismo y el positivismo. Quizás, precisamente por que Solís no era un historiador profesional, su trabajo doctoral sobre la historia de la vida en Cádiz en el período de las Cortes, tuvo un enfoque tan diferente, moderno y sorprendente en el contexto historiográfico de su época. Pero la sorpresa se relativiza si se recuerda que el propio Ramón Solís se encargó de aclarar cómo surgió su tesis doctoral. En una conferencia impartida en Ceuta, Solís explicó que su pretensión era escribir una obra que le consagrara en el mundo de las letras, y para ello se planteó una no­vela de carácter histórico, centrada en el Cádiz de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, para lo cual inició una labor imprescindible de documentación. De esta forma cuando trataba de reunir datos para es­cribir la novela que luego se llamaría Un siglo llama a la puerta, intentando conocer para ello la vida cotidiana y la mentalidad de la época, el proceso de documenta­ción fue superando la primitiva idea del autor y la documentación recogida, en parte con la colaboración de su hermano Carlos, le sirvió, primero, para escribir El Cádiz de las Cortes y después para la formidable novela cuya acción transcurre, básicamente, entre los años 1800 y 1814, destacando en sus páginas el episodio de Trafalgar y sobre todo, la defensa de Cádiz del asedio napoleónico y la celebración de las Cortes, ganó el premio “Editorial Bullón” en 1962 y se publicó al año siguiente, conociendo en 1963, al menos, cinco ediciones; en 1965 Albin Michel la publicó en francés, en 1970 Círculo de Lectores, en 1974 Bruguera, en 2006 Sílex Ediciones,  en 2009 Quorum, y parece que se prepara otra reedición para este mismo año.
La obra de Solís, y el merecido homenaje que se merece el autor, han servido de guía para la configuración del Octavo Congreso Internacional Doceañista, organizado por la UCA, el Consorcio del Bicentenario y el Ayuntamiento de Cádiz, convocado con el sugerente título “Dos siglos llaman a la puerta”. En el congreso se quiere reflexionar sobre la conmemoración de 1812, su alcance y oportunidad, así como se pretende realizar un balance sobre las historiografía generada en torno a las Cortes y la Constitución de Cádiz y, lo que es más importante, aspira a recuperar el legado que supuso el proceso revolucionario liberal en España y de Independencias en América Latina, contribuyendo a consolidar y reforzar las principales conquistas sociales y políticas alcanzadas, así como examinar el dificultoso proceso de universalización de esos logros.
Publicado en Diario de Cádiz, 10 de marzo de 2012

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