miércoles, 17 de agosto de 2016

Interinidad y desvergüenza


Creo que Mariano Rajoy se siente cómodo con la interinidad, con seguir de presidente en funciones. Si se piensa bien, tener un trabajo temporal -cuatro años de presidente del gobierno-, y que, sin mover un dedo, sin hacer ningún mérito -salvo la torpeza y la vanidad de algunos novatos con ínfulas-, te prorroguen el contrato, es el ideal de un contratado en esta España del paro.

Rajoy llegó a la Presidencia del Gobierno en noviembre de 2011, y, a lo tonto, puede ser el único presidente que en vez de cuatro años, supere los cinco sin renovar la mayoría en unas elecciones. Entre que estiró la legislatura -siendo el primero en apurar los plazos legales para convocar elecciones-, y que los líderes políticos de los otros partidos piensan más en sí mismos, que en el mensaje de los votantes, el gallego sigue en funciones y si, por el fuera, "lo que te rondaré morena".

Mientras, sus correligionarios, sin duda con su aquiescencia, siguen practicando la desvergüenza política: la culpa de todo es del PSOE, que no tiene "grandeza política", que no tiene el patriotismo necesario de abstenerse.

Todos apuntan al PSOE y a su Secretario General, los peperianos, los transformistas de Rivera y los castos y puros de Podemos. Pero este asunto solo tiene una respuesta posible: tanto el PSOE, como Podemos, tienen que votar NO a la investidura de Rajoy. Después ya se verá, pero si todavía no hay gobierno, no creo que la culpa sea del PSOE.

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